Ucrania entendió hace mucho que la única baza con la que cuenta para ganar es llevar la guerra a territorio ruso.

Pablo Gea

Desde la fracasada contraofensiva del verano pasado por parte de Ucrania, Rusia ha recuperado la iniciativa estratégica y táctica en el conflicto. Y aunque sus avances territoriales no han sido impresionantes, sí están consiguiendo el objetivo que persiguen: desgastar tanto al Ejército ucraniano como a la opinión pública internacional. El cálculo en sencillo, pues el Kremlin tan sólo tiene que limitarse a aguantar hasta que el hartazgo de los aliados de Kiev fuerce a Zelenski a tener que sentarse en una mesa de negociaciones en unas condiciones favorables para Putin.

VENGANZA: UCRANIA INVADE RUSIA

Con la perspectiva de una victoria de Donald Trump en el próximo enero, pudiera parecer que la apuesta rusa estaba a punto de dar su fruto. E incluso aunque fuese Kamala Harris la que finalmente se hiciera con el poder, no cabe duda de que las cosas van a cambiar, al estar su candidatura más centrada en los problemas domésticos que en los internacionales. Quien hizo una apuesta fuerte en Política Exterior fue Biden, y es muy posible que una vez que abandone la Casa blanca las cosas nunca vuelvan a ser igual. El tiempo juega siempre a favor de Rusia y esto todo el mundo lo sabe.

Por su parte, Ucrania entendió hace mucho que la única baza con la que cuenta para ganar es llevar la guerra a territorio ruso, para poner al Gobierno contra las cuerdas y generar una presión aún mayor de la que hasta ahora soporta. La prueba de ello es que esto, a baja escala, ya se estaba produciendo desde hace tiempo, dado que eran grupos paramilitares rusos a favor de Ucrania los que habían protagonizado escaramuzas en territorio fronterizo ruso, con la ocupación de aldeas y pequeñas localidades. Pero ahora es diferente: son unidades militares de élite las que se han lanzado contra la región de Kursk. Con una penetración de varios kilómetros, que en total suman más de los que ha avanzado Rusia desde que inició su contraofensiva.

Los líderes ucranianos son muy conscientes de que su Ejército, desgastado y escaso cada vez más de hombres y de material, no puede aguantar indefinidamente frente al Ejército Ruso, y que es totalmente dependiente de la ayuda exterior. Además de eso, por el momento ha perdido la capacidad de efectuar grandes penetraciones en las líneas rusas en la Ucrania ocupada, fuertemente fortificadas. Al llevar la batalla a su terreno, saben que obligan a los rusos a desguarnecer estos frentes, aliviando la presión y haciéndolos más vulnerables.

VENGANZA: UCRANIA INVADE RUSIA

Se trata de una apuesta arriesgada, que si no se ha hecho antes es porque los países que abastecen a Ucrania -y en especial Estados Unidos- no han permitido que su armamento fuera utilizado en suelo ruso, a tenor de la línea roja marcada por el Kremlin para la utilización de armamento nuclear. El problema está en que para los ucranianos se antoja un esfuerzo supremo, que si fracasa en sus objetivos tanto militares como políticos puede dejarles en una posición francamente comprometida. No obstante, el golpe de los Wagner el año pasado evidenció que el grueso de las fuerzas rusas se halla en estos momentos en Ucrania, existiendo un amplio vacío defensivo dentro de la propia Rusia.

Si los ucranianos siguen avanzando y alcanzan a tomar la misma capital, Kursk, el resultado sería un auténtico bochorno para Putin. Pues Rusia es un país que vive de los símbolos místicos y de las glorias pasadas. En los anales de la Historia figura ‘Kursk’ como una importante victoria soviética en la primavera de 1943, que hizo perder de manera definitiva la iniciativa estratégica a los alemanes en el Frente Oriental durante la Segunda Guerra Mundial. Más allá de las complejidades de la propia batalla y de sus consecuencias reales en el devenir del conflicto, Moscú la convirtió en otro elemento fundamental de su propaganda de guerra, como Stalingrado. Este recuerdo sigue presente hoy.

VENGANZA: UCRANIA INVADE RUSIA

Al margen de esto, se trataría de la conquista y ocupación de una capital rusa importante, lo que hasta el momento no ha sucedido en todo el conflicto. La guerra se ha llevado a cabo en territorio esencialmente ucraniano. Si Ucrania se revela capaz de darle la vuelta a la tortilla, está claro que ello le permitirá negociar desde una posición más fuerte ante un eventual cambio en Washington. Aún es pronto para saber lo que va a ocurrir, pero lo que sí que es seguro es que, sea cual sea el desenlace, resultará un punto de inflexión en toda la guerra.


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Pablo Gea

Abogado. Fundador de Cree. Director y Editor de 'La Iniciativa'.
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