El inequívoco desgaste gubernamental necesitaba de unos chivos expiatorios que -esta vez- no podían limitarse a perfiles de segunda o tercera división. No. Sánchez sabía que, para poder sobrevivir, debía eliminar a aquellos ministros y figuras destacadas que han servido de parachoques durante toda la gestión de la pandemia, amortiguando en la medida de lo posible el daño que dicha gestión podía ocasionar a la figura del Presidente.
Pablo Gea – La Iniciativa
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